viernes, septiembre 05, 2008

manual de supervivencia urbana


es muy feo e incomoda mucho, que en un ascensor repleto de gente, con 22 pisos aún por delante, haya quien se ponga a buscar un culpable cuando a un pobre desgraciado se le escapa una ventosidad despues de copiosa comida a base de ajo y chistorra.

6 comentarios:

Melpómene dijo...

Si lo busca ostentosamente, sospeche...

irene dijo...

Yo sólo digo, y ese pobre desgraciado ¿no podría haber aguantado 22 pisos?, esos gases a veces son malísimos y pueden hasta asfixiar a una persona, no sé, quizá exagere.
Tal vez tenga razón Melpómene, yo de pequeña oía decir, el que lo huele debajo lo tiene.

Anónimo dijo...

Y si no, el viejo truco de la manos rojas ¡quien se las mire se lo ha tirado!

René dijo...

uff

es que la empatía en los ascensores brilla por su ausencia. Luego para saludar y hablar del tiempo no los hay tan vehementes.

De verdad es que no puedo con la doble moral.

humo dijo...

Siempre intento disimular: no arrugar la nariz, mirar al techo, hacer como que estornudo o bostezo..., pero hay veces que me da la risa y lo paso peor aún.
De todos modos, nunca me ha ocurrido en un edificio de veintidós pisos: debe ser un suplicio...

Isthar dijo...

Más incómodo y feo fue permitir el escape ¿no cree?

En momentos así uno debería al menos garantizarse un poco de ventilación asistida